Por Walter Agustini, Técnico Superior en fotografía
Ha pasado poco mas de un mes desde que los viejos tanques de acero que asomaban imponentes al lado del anfiteatro municipal de VGG, ya no están.
Aquel hecho, abrió un debate no muy extenso en torno a s i era o no políticamente correcto que el ejecutivo permitiera el desmantelamiento de esos “elefantes de patas flacas” que, como buen admirador del movimiento surrealista de principios del siglo XX y en particular de Salvador Dalí, me gustaban
llamar.
En su célebre obra “La Tentación de San Antonio” (ver link abajo ), el genio catalán representa al monje cristiano en un desierto, arrodillado y sosteniendo una cruz hecha con dos varitas para protegerse de las tentaciones que lo atacan. Éstas, son representadas por un caballo y una fila de elefantes, todos estos con sus patas “arácnidas” de forma grotesca y cada uno cargando con una tentación.
Al mirarla una vez más, me invade una duda inquietante, casi existencial: ¿Qué tan surrealistas son nuestros representantes?.
André Breton, poeta y teórico francés del famoso movimiento, definió así al surrealismo: “Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito, o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral”.
La similitud entre la definición de Breton (sobre todo la parte resaltada en negrita) y el accionar de muchos de nuestros representantes, no me resulta menos inquietante que la pregunta inicial. Por
momentos, la clase política parecer actuar como los surrealistas, pero he aquí la triste diferencia:
Los surrealistas creaban obras de arte,nuestros dirigentes las mandan a demoler.
https://www.salvador-dali.org/es/obra/catalogo-razonado-pinturas/obra/625/latentaciondesanantonio ?paraula Clau=La+Tentación+de+San+Antonio
